6.11.05

Hay una sensación...

Esa sensación que se queda sobre la piel, cuando no se ha tenido un calor escesivo, cuando no se ha hecho una actividad física exigente, pero no se ha dejado de sudar durante todo el día, esa que te deja una especie de recubrimiento pegajosos sobre cada una de las células de tu piel, esa que sin poder decir que estás sucio, tampoco te deja decir que está limpio, que no te deja decir que hueles mal, pero que prende en tu rupa una especia de halo ácido que se propaga con cada movimiento que haces, esa? la aborrezco.
Lo único bueno que trae consigo esa epdérmica situación, es la ducha que se da uno después, el gustito que se siente en el mismo mometno en que te pasas la toalla por el pecho peludo, que debe tener todo mandarino que se precie, al ir dejando tras de si una estela de piel ( y pelo) seca (y secos) que explota en una nubecilla de cosquillitas provocadas por el cambio de temperatura y humedad con respecto al ambiente, agggggg que gustito.
Hay otra sensación, que se parece a esta, pero que en vez de en la piel se lleva en el alma, es ese estado que no es tristeza, ni pena, ni na', esa que llega sin que uno haya tenido un disgusto, que no está sometido bajo una presión especial, pero no se quita ese halo pegajoso en los sentimientos, que te ralentiza a la alegría y te precipita a los nervios y al pesimismo y lo peor de todo que la mayoría de las veces no se quita con una ducha. Esa? la temo.