22.5.09

Enviar .- "al primero por favor" .- mensaje...

Estaba yo en aquella caja marmolea, quedándome con el tipo del espejo. Al pobre infeliz según el ángulo en el que ponga la cabeza se le transparenta el cartón, mientras le miraba de reojo a la búsqueda de nuevos milímetros en las formas menos curvilíneas que se marcaban a través del polo-uniforme de springfield, que se está volviendo prenda casi obligada en su departamento, cuando de pronto tras el pitidíto de rigor, el ascensor detuvo su marcha en la planta 0. Abrió sus puertas ante un bote de gomina enfundando en un emidio tuchi negro, ahorcado por una corbata ocre que resaltaba el negro de unas gafas de pasta que parecían encajar con un clic entre los surcos arados por el peine en la gelatina que algún día fue pelo.
Cómo total, eran las 9:15 de la mañana y el mundo no había consumido aun su oportunidad de defraudarme, entoné un optimista y afable buenos días, correspondido con un gruñidito a medio vocalizar. El día empezaba alucinante, quién me iba decir a mi, que juntando gomina en suficiente cantidad puede llegar a hablar.
No habían terminado las puertas del elevador su metálico recorrido, cuando una diestra y entrenada mano izquierda, localizaba en el bolsillo interior de la americana la funda de cuero que arrulla la black berry de rigor, que en menos de lo que arranca el motor del monta cargas ya estaba acariciando por todos sus rincones, activando ruletitas y presionando botoncitos, con la agilidad del dígito entrenado, moviemientos rápidos y sutiles, precisos y tiernos a un tiempo, casi con cariño.
En ese momento, me embargaron las dudas, al margen de lo absurdo que pueda llegar a ser enviar un correo en un ascensor con apenas cobertura, cuando estás a menos de 40 segundos de tu puesto de trabajo, ¿cómo es un e-mail de ascensor?¿Se habla del tiempo?

Asunto: Pues parece que va llover.
No, pues dicen que para el finde se arregla.
Saludos,

Giorgi Berry De la Minglanilla.
Elevator Mailer Manager
Neopetrova Consultant S.L.

21.5.09

Apunte...exortó una voz lejana.

[Mondarino estúpido]

Como me jode que las frases que me gustan nunca sean mías. Si yo soy un tipo ingenioso, pero siempre llego después...

[estúpido Mondarino]

Marrón

Zumba la corriente del aire acondicionado que constante e incesante, quejumbrosa ordeña vivbraciones de la rejilla, que embota su salida sin detenerla, como alas de moscs árticas que vienen a posaserse sobre la nuca concentrada.
Cruje la moqueta bajo fatigados talones que fracasan en el esfuerzo de levantarse a cada paso y restriegan su zancada como cerillas mal prendidas. Dibujas a tu espalda un mapa de voces, de cuchicheos y risas mal disimuladas, colocas cada cara en su sitio sin mirar ni al sitio ni a la cara, flota el repicar de las teclas hundidas incansablemente en las carcasas de sus teclados. Retumba el quejido enmarañado de la fustración, silva el canto del tono interrogativo, sin ver, ves, imáginas casi intuyes la cara de sorpresa, el gesto extrañado ante tan horrible exposición.
Se colapsan las pituitarias, se carga el ambiente, se cuaja durante un segundo, se corta el aire, se bloquea el rictus y el gesto espectante de la concurrencia, durante una milésima de segundo todo movimiento se consume, a la siguiente todo se reaviva. Localizada la víctima, suspiran aliviados, mientras piensan de la que se han librado, ahí viene con un marron y por como huele tiene que ser gordo...

21.8.07

Autocontrol

Bueno, vamos consiguiendo mantener a raya ciertos vicios, no como otras...



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7.8.07

Jornada continua

Es curioso a veces como la mera presencia de otras persona te obliga a ver las cosas como son y no como quiere tu subconsciente(nunca escribo bien esta palabra a la primera). Es curioso también, como el cansancio y tu propia auto-influencia pueden distorsionar lo que perciben tus sentidos.

Esta tarde como consecuencia del mejor invento del hombre blanco, la jornada continua (ahí ahí con la leche condensada), he tenido más tiempo para dedicarle a mi desestresante favorito, en ausencia del sexo claro está, mi bicicleta.
Como me sobraba lo que parecía un tiempo infinito, me puse el disfraz de intrépido y fui...más allá, por una serie de caminítos, que están en pleno monte y a tan solo 5 km de mi portal. Esto puede no parecer gran cosa, pero en todo un Madrid, a mi como ciclista y como persona humana me parece todo un lujo.
Continuando con lo que iba contando, como tenía más tiempo me he arriesgado a seguir un poco más adelante del sitio donde otros días solía darme la vuelta, pensando que como me alejaba cada vez más del núcleo urbano, me iba a ir adentrando en el monte, pero la realidad a veces es como una ortiga en los cojones, en otras palabras, la realidad fue bien distinta. Llegó un momento en que lo que era una sinuosa senda, llena de huellas de cascos de caballo y de rodadas de bicicleta, que discurría entre verdes y preciosas lomas, se fue convirtiendo en una especie de pista ancha, grisácea, llena de baches y de rodaduras de coche, las lomas desaparecieron y accedí a una meseta seca y llena de costras formadas por tierra removida, algo así como pasar de la comarca a mordor.

En ese momento me empezó a entrar una angustia extraña, nada había cambiado realmente, pero de pronto no estaba cómodo y empecé a conjugar dos verbos de la primera conjugación que juntos van fatal: cansar y pensar. Empecé a reventar, pues llevaba unas cuantas cuestas en la chepa y a darle vueltas a la sensación de incomodidad que se estaba apoderando de la parte de mi que estaba libre de dolor y ahogo, que la verdad no era mucho. El caso es que, no se si por lo cansado que estaba, por que no iba concentrado o por una combinación de las dos, pero tiré por un camino que se veía a legua que se adentraba en mordor, en vez de regresar a la comarca y cuando más acojonadito iba, me perdí.
Realmente no estaba perdido, porque la tierra media por la que salgo es más bien una maqueta de tierra media, y basta con que eches a andar para terminar dándote de bruces con el pueblo y villa de Madrid, pero como estaba solo, cansado y rallado, pues me hice perdido. A partir de ese momento la cosa se puso interesante, casi acabo metido de bruces en un poblado de chavolas (realmente creo, que eran casetas que hace la gente al lado de sus huertas, pero no me quedaron ganas de ir a comprobarlo), escapando de este particular Minas Morgul, salí a una pista por la que me crucé un renault 11 todo destartalado, pilotado y copilotado, por dos angelitos desdentados que parecían recién salidos del último reportaje de "callejeros" y que la cosa más buena de la que tenían aspecto de ser capaces de hacer, era un 10% de descueno en el perico, gracias al cielo se desbiaron antes de alcanzarme y menos mal, porque no llevaba clinex y si se llegan a acercar, me hubiera cagao.
Decidí que aquella angosta pista no era lugar seguro para un gordito como yo y tomé un atractivo desvío que subía a lo alto de una lomita, desde la que tenía la esperanza de divisar el camino correcto, la subidita se las trajo y el caminito resultó ser bastante jodido, pero, la verdad es que las chanzas técnicas que presentó me distrajeron un poco de los sustos acumulados, cuando coroné triunfal, y pensando que la cosa no podía empeorar, me encontré con el amor, me explico, en lo alto de la loma, además de no verse nada porque delante tenía otra más alta, había un árbol, ese árbol proyectaba una sombra y esa sombra cobijaba un desvencijado ford orion, en cuyo interior pude ver, para mi desgracia, un hombre de edad bastante avanzada, o no tanto pero la que tenía la tenía muy mal llevada, y ha su lado la silueta de un "bellísimo" transexual que se alzaba de las profundidades de la tapicería, llevándose el dorso de la mano a la boca, como quitándose de forma ruda las manchas de tomate de los espaguetis. No me apeteció preguntarle si necesitaba algo y tampoco llevaba papel para ofrecerle, como ya apunté antes, así que decidí aprovechar la inclinada coyuntura del alto en que me encontraba y tirarme loma abajo como si al llegar al final, me fuera a encontrar con Jessica alba y Angelina Jolie tomando el sol en porreta la una y meando en un matojo la otra.

Solo decir, que el trepidante descenso me sirvió como manantial de adrenalina y mi malestar se fue despejando gracias a sus efectos, además al subir la siguiente dificultad montañosa pude divisar el buen camino y regresar sano y salvo a la aburrida seguridad del carril bici.

Seguramente, ni estaba tan lejos como pensaba, ni el paisaje cambió tanto, ni la gente de los coches me hubiera hecho el menor caso, pero de verdad os digo que no me hubiera importado lo más mínimo haber tenido un compañero de excursión.

No entandáis mal estas lineas, que no me quejo de nada, que haría yo sin la jornada continua, ¿trabajar? venga ya!!!




Nota aclaratoria: Lo que parecía un poblado de chavolas ("Minas Morgul") no solo lo parecía si no que lo era. Madre mía no me quedé sin bici de milagro. Para más datos pinchar AQUÍ.

27.4.07

Tarjeta de Embarque

Ventanales grandes presiden la parte derecha de la estancia, más grandes que un hombre, incluso más grandes que un hombre grande. Detrás de los ventanales columnas rojas sujetan la cubierta del edificio, delante de ellas, en el interior, un enorme hall lleno de hileras entrecruzadas de butacas con respaldos acolchados de color granate y asientos metálicos en chapa lacada en gris, ocupan el espacio vacío de la caverna de hormigón. Terminal 1 del aeropuerto de Alicante.

Llego a un asiento cercano a la puerta de embarque y reflexiono:

  1. ¿Alguien ha conseguido alguna vez embarcar a la hora que pone en su tarjeta de embarque en un vuelo que no sale a primera hora de la mañana?
  2. ¿Alguien a conseguido alguna vez embarcar por la puerta de embarque que figura en su tarjeta de ídem?

    y la más difícil de todas, al menos para mi:

  3. ¿Alguien ha conseguido alguna vez llegar con la tarjeta de embarque completamente lisa, en el mismo estado que se la entregan a uno en el mostrador de facturación, a la puerta de embarque?
Bien, pues sea cual sea vuestra respuesta a esas tres cuestiones, yo en mis últimos tres vuelos puedo responder que no a las tres. Curiosamente estos últimos tres vuelos han partido del aeropuerto de Alicante, lo cual me lleva un arduo debate interno: o soy el pringao con peor suerte en lo que a embarques se refiere o el aeropuerto de Alicante funciona como el culo.

He de decir en honor a la verdad, que en la tercera de las cuestiones planteadas anteriormente soy yo más culpable que el aeropuerto, por aquello de lo manazas que puedo llegar a ser. Pero es que llega uno a los arcos de seguridad con su 'maletita' de portátil, su cinto con hebilla metálica, su bolsito y su cazadora en el brazo porque dentro del aeropuerto hace mucho calor y en la otra mano portando la dichosa tarjeta de embarque, porque te la piden en cuarenta sitios antes de conseguir embarcar. Y saca el portátil de la bolsa y déjala en una bandeja a parte, quítate la chaqueta, el cinto, y el bolso y ponlo en otra bandeja y como si llevar dos bandejas no fuera suficiente acuérdate de pasar también la bolsa del portátil. Única posibilidad para la tarjeta de embarque, o la boca o el bolsillo de atrás, la primera por muy secos que tengas los labios (no es mi caso, yo tengo unos labios en perfecta hidratación y carnosidad) provoca que la tarjeta se doble por la zona de la boca y se arrugue justo por donde la has pillado y en la zona que te coincide debajo de la nariz, por aquello de la condensación inherente a toda exhalación humana, y en el bolsillo de atrás del vaquero...en fin que os voy a contar en el hipotético caso de acordarme de que lo llevo ahí antes de sentarme, la misma turgencia de mis poderosas nalgas de jugador de tumbing profesional ya la dejan hecha unos zorros.

¡¡Hale!! ahí os quedáis que me llaman para embarcar, eso si una vez que me han cambiado la puerta de embarque, ¿cómo íbamos a subir al avión por el primer sitio indicado? eso es para mariquitas, vamos a ponerlo un poquito difícil, en plan jincana que así mola mucho más. En fin pilarín, que como el ministerio actual de fomento y los posteriores se lo curren un poquito y extiendan el AVE, a mi no me vuelven a ver en un aeropuerto hasta que haga mi bien merecido viaje a las seichelles (o como se escriba que no me apetecía abrir google maps).

12.4.07

Se agarraba la carne a puñaos

Hola Romero!! ¿cuánto tiempo que no coincidíamos? Fíjese, ayer vi a Isabelita y le pregunté por usted. ¿Que tal está? le veo más gordito.
Romero, esbozó una sonrisa que dejó ver su mal ajustada dentadura postiza, se llevó sin vacilación alguna, como si hubiera estado todo el día ensayando el gesto o como si se hubiera pasado la mañana deseando hacerlo, la mano a su bragueta y apretando no con poca fuerza, sin ser capaz de contener aquella risa pegajosa suya, contestó: - ¡¡¡Ya ve, me agarro la carne a puñaos!!!

Ese era Romero, así era mi abuelo. Alegre, irónico como pocos y bastante payasete para que engañaros.
Un tipo peculiar, paradójico, era independiente como ninguno, pero engordó el censo ponferradino con 6 retoños, bueno en realidad, 4 retoñas y 2 retoños (uno de ellos el padre que hizo que me parieran), nunca tuvo en su minúscula casa, menos de 2 especies de animales distintas, entre las que casi siempre había una raza de perro.

Autoritario y terco, provocó todos los cabreos y desagravios que puede soportar una familia, pero también supo construir precisamente eso, una familia (¡y que familia!).
Alegre y agradable, irónico y jactancioso, supo mantener unida de alguna extraña forma a su pequeña sociedad. Sociedad que no para de crecer, con 13 nietos, 3 biznietos y el cuarto en camino.

Han pasado los años, muchos años, nada menos que 92. 92 años en los que han cabido muchas cosas, una infancia de novela, una juventud teñida del negro de la bruma que deja en el aire el humo de la guerra y una vida en familia donde el dinero se escurría por los desagües.
En fin, una vida que daría para 10 blogs y un epílogo y que dejo más o menos reseñada con este chapucero resumen, que para ser sinceros, no le hace justicia.

Espero que los nuevos caminos que se abran ante ti después de tu muerte, si es que existen tales, se te den igual de bien que todos los que anduviste en vida, que no fueron pocos.

ADIÓS ABUELO.

13.2.07

CH3-CH2--OH

Mi carne es débil y mi moral inexistente.

Aunque tengo un límite y hay cosas que nunca hago, y podría arriesgar a decir que nunca haré, si tengo que confesar, que soy carnaza de las cosas que para ser evitadas exigen fuerza de voluntad, de la que carezco (a veces).

Yo que hasta hace bien poco era mondarino abstemio (o casi), estoy viviendo una tímida segunda pubertad en temas de coqueteo con el alcohol, eso si, ventajas de la independencia y del sueldo, a estas alturas de la vida de uno, ciertas perspectivas de la borrachera se pierden, como la del que dirán los padres o la de como pida otra me quedo sin dinero, ahora como mucho uno piensa que antes del siguiente bar hay que pasar por el cajero :S:S:S.

El caso es que ultimamente cada vez que salgo por Madrid, acabo con un buen baño interior bastante amplio de licores varios, y en general, pasarle un trapo con alcohol a los plasticos mohosos de los pensamientos, pues no sienta nada mal, para que nos vamos a engañar.

Solo llevo mal dos cosas, los días que te pasas pasándote, porque pasar lo que se dice pasar, el menda se pasa casi siempre (por aquello de la voluntad), porque no nos engañemos, por muy ligerita que parezca el alcohol no deja de ser una droga y en el momento que empiezas parar se vuelve jodido, uno empieza con la tontería de: "una poco cargadita pa' entonar". Luego se pasa a eso de: "va, si la de antes la he bebido muy despacito, si ya la he meado, otra con mucho hielo y listo." Así, hasta que llega un momento que le estás rebañando el hielo al de al lado porque se ha acabado el ron en la fiesta. El caso es que el día que uno no solo no es capaz de no controlar el quedarse en el puntillo tonto, sino que queriendo ir a Valencia, acaba en Málaga y da la vuelta, me jode sobre manera, uno acaba haciendo el lamentable, no siendo capaz ni de vocalizar, tirao por los sofás sucios de algún sucio after y teniendo que disculparse ante la hermana menor de algún compañero de trabajo. Las, gracias a Dios, pocas veces que me ha pasado eso, me he sentido el ser más despreciable de la tierra y me han supuesto, sino las más, muy cerca de ser las mayores decepciones de mi mismo, pero como soy un tío compasivo, me perdono.
La otra cosa que no me acaba de gustar, es que situaciones que en el momento, gracias a que tú y los otros 25 vais como cubas, están resultando graciosisimas y te descojonas y que tío más majo y mira esa que guarra es, y al día siguiente cuando las recuerdas y no les ves la gracia por ningún lado, te dejan como vacío, como estúpido, con cara de haberte tirado un pedo en medio de un examen, y te quedas pensando que te hubieras divertido y reido mucho más con un buen libro, una buena peli o tomando un café con unos buenos amigos, te hubieras acostado mucho más pronto y además no tendrías esa PUTA resaca, por culpa del veneno que sirven por ahí, amen de que tendrías más dinero en el bolsillo.

Por otro lado, hay que reconocer, que cuando te emborrachas de forma social, salen conversaciones en las que te hinchas a reir y aunque luego te vayan a parecer bobadas, en el momento divierten de verdad. Además, dan mucho juego, porque a menos de que todo el mundo vaya a destajo, lo normal es que los picos de borrachera de la gente no coincidan, con lo cual cada uno tendrá lagunas de partes distintas de la noche, y los dos días que te pasas después reconstruyendo la historia completa de la noche son basatante divertidos. Otros te oyen hablar y ponen esos ojitos de, jo! tenía que haber salido con ellos :p En general está bien.

En fin, por si no lo habíais deducido, este viernes tuve festival, estuvo bastante bien y acabamos indecentemente borrachos, sobre todo los tres de siempre, bueno y el cuarto no se apuntó porque tenía a la comandancia de visita (la novia vaya, pobrín , eso es amor y no digo más...). Tuvimos de todo, bronca policial, garito nuevo, bonito, barato (no nos cobraron entrada por ir con pechugonas :) ) e interesante, enganchona del más borracho con el portero (no era yo, a mi me toco conciliar), conversación metáfisica con taxista sufrido y sufridor (iba demasiado perjudicado, pero juraría que nos cobró de más y bien merecido que lo tenía), final de fiesta en after oscuro de los céntricos y sucios bajos del Madrid de los austrias, retirada honrosa en el metro, con pequeña vomitona del que intentó pelearse con el portero, y siestecita en el suelo del tercero en discordia. Yo tuve el honor de ser el único que no se durmió en el metro, incluso juraría que pude pasar por sobrio.

En fin, que menudo estreñimiento literario que tenía, lo que he soltado aquí, estoy seguro que el que este leyendo esta línea o se ha saltado lo de arriba o se está arrepintiendo de no haberse emborrachado antes de leerlo.

A vuestra salud...




(Rooooooooonnnnnnn :p.......)