23.2.05

No hace falta equivocarse...


¿Que tal mandarinas?

Pues que sepais que hoy el Mondarino está de gajo caido.

Muchas veces, en apariencia todo está perfectamente. Llevas unos cuantos días sin meter la pata, tienes todos o casi todos tus gajos controlados, tu monda está naranjita, brillante, y tiene la rugosidad perfecta, no pareces una mandarina de esas que van por ahí de estiradas, creyendose que son manzanas y tampoco tienes piel de naranja. Los últimos días eres el fruto fresco más popular de tu rama, pero..., algo rechina. Nunca se sabe bien que es, hay un pequeño ruidito, ahí en el fondo, donde se forman las pepitas, algo no está correctamente engrasado. Y de repente cuando todo parece ir sobre ruedas, la mayor tontería, una mala mirada, un chiste que no hizo gracia, una gotita de zumo más amarga que las demás y...ZAS, el ruidito se pone en estereo, todo revienta, te ha salido una pepita y de repente te sientes gorda, se jodió, tu rama es la más fea y tu la más fea de tu rama.

Es curioso, a veces cuando mejor creemos que estamos, cuanto más "felices" somos, o creemos que somos, más vulnerables nos volvemos. Cuando somos mandarinas resecas de temporada pasada, ya tenemos la piel endurecida por los chaparrones y las heladas, una llovizna más apenas nos afecta, no nos desequilibra, pero cuando estamos en plena primavera, con agüita fresquita y mucho sol, cuando cae una helada pelona, se nos quedan los gajos de corbata.

En fin, compañeras de leño, que no os amargo más los jugos, gracias a Dios, las heladas a destiempo en primavera, se deshacen temprano con los primeros rayos del sol de la mañana, así que me voy a recibirlos con entusiasmo, hasta la primavera que viene mandarinas.

He dicho.


[by Zuto, Mondarino's inside]

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